... sabiendo esperar un poco

lunes, 23 de agosto de 2010

Dice aquí...


(De los parteaguas...)


Firmin, continuación...

Dice aquí...

"ese momento fue para mí el principio del fin."

Cada instante de la vida es, en mayor o menor medida, un parteaguas, en virtud de que a cada paso se toma, ya de entrada, la decisión de darlo o no. Y este hecho, como un "efecto mariposa", ha de incidir, la mayoría de las veces imperceptiblemente, en el resto de nuestros días.
Cuanto más lo son, parteaguas, sucesos claramente determinantes, aún cuando es menester el correr de algún tiempo, a veces mucho, antes de identificarlo como un hecho que ha marcado un cambio radical en la linea de la vida... porque a veces sucede, que aún hechos que debieran ser determinantes, resulta que no lo son... y viceversa... aunque dentro de lo común, esto es poco común...
A los 18 años sufrí de hepatitis... si bien perdí un año de escuela, mucho más que eso, me volví un ser huraño, nómada, aislado del mundo... aunque a veces pienso que el hecho no cambió mi vida, sólo descubrió mi verdadera "vocación"...
A los 19 años corrí el 1er maratón internacional de la cd. de México... lo terminé lastimadísimo en más de 5 horas... pero más que eso, descubrí el atletismo...
Años más tarde, una tarde que intentaba regresar a correr, el cansancio me provocó contracturas en los gemelos... y supe entonces, sin lugar a dudas, que era el principio del fin...

"Vivir, sólo la vida. Morir, sólo la muerte"... Pero vida y muerte parecieran convivir equitativa y armoniosamente en cada uno de nosotros. Sin embargo dicho equilibrio es falso, de la misma forma, falsa y engañosa como en un día conviven luz y oscuridad... puesto que un pequeño abrir el abanico de la perspectiva nos mostrará cómo es que la luz del día es un evento aislado, ínfimo y efímero en un universo predominantemente oscuro... y vacío...
Si desde que se nace se empieza a morir, entonces todo lo que haces, a fin de cuentas, lleva el sello de la muerte... sabe a muerte... huele a muerte... cada paso es el principio de un final... tanto de su propio final, como del final absoluto e inconmensurable...
El niño que duerme en la cuna... la pareja diciéndose "no se qué cosas" en su burbuja... el padre que carga orgulloso a su pequeño hijo... el ave que planea lejos en el cielo... el gusano que se arrastra en la tierra... el exitoso... el que levanta los brazos en la euforia de la victoria... cuanto más quien baja la cabeza en la derrota... en la enfermedad... en el dolor de la perdida... la puesta de sol, la lluvia, tú... yo... proyectamos en el suelo la sombra de la muerte... somos, a fin de cuentas, el principio del fin...

Saludos... desde el abismo...
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