... sabiendo esperar un poco

domingo, 27 de febrero de 2011

Anabel Hernández...

(De mi mala suerte...)

"Todo fracaso comienza con la luz, con el deseo de atrapar la luz para siempre."
Cristina Rivera Garza; "Nadie me verá llorar"; Tusquets Editores

Te contaba hace unos días de mi mala suerte... de esas como coincidencias que se dan para que al final no resulte lo que se pretendía, o simplemente no suceda lo que por simple inercia debía haber sucedido... en circunstancias normales...

¿Recuerdas que te conté, a propósito de esa situación tan extraña en la que te viste implicada, cómo un pequeño error en una nota... la coincidencia precisa de que esa nota tuviera un error de fechas pero que hacía, sin embargo, coincidir los días errados con los de un fin de semana próximo en este año... tu incapacidad en ese momento para ir más a fondo y corroborar la nota y... ¡¡ZAZ!!... ya no pudimos asistir a ver "Los siete dedos de la mano"...?

En ese entonces te dije que sí era algo molesto, pero que ya me había acostumbrado a que esos pequeños accidentes me ocurrieran con frecuencia, y que por tanto ya no me preocupaban más allá de la sorpresa inicial... Te dije que seguramente me seguirían sucediendo, más temprano que tarde, y que te los narraría para que vieras que en efecto me suceden con frecuencia... ¿Lo recuerdas?...

Bueno... pues olvidé decirte que sí, se dan esos pequeños accidente que dan al traste con situaciones "normales"... pero que a veces es peor... a veces incluso esa situación es precedida por lo que parece una oportunidad no buscada... una oportunidad que me sale al paso como "regalo divino"... y que por un, otro, pequeño accidente, coincidencia o maquiavélico plan deliberado por quién sabe qué Duende cruel, o aburrido Dios, o lo que sea... termina por perderse de nuevo como cuando a un niño se le rompe el cordón que sujetaba el preciado y hermoso globo inflado con helio que simplemente no debía haberse perdido...

Cuidad de México... Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería... Domingo 27 de febrero de 2011... 15:00 hrs... Salón de Actos... Presentación del libro "Los Señores del Narco", de Anabel Hernández... Con presencia de la autora...

No me había hecho muchas ilusiones de ir... porque era poco probable que venciera la pereza... pero la vencí... era probable, eso sí, que se me hiciera tarde y no llegara a tiempo al evento... pero, cosa rara, llegué como a las 1:15... Era probable también que estuviese llenísimo y no pudiera lograr acceder.... era probable que "por algo" suspendieran el evento... era probable que se viniera la esperada "Gran Sacudida" que destruyera la ciudad, derrumbara el Palacio de Minería y arruinará todo...

En un principio pensé ir solo... pero le sugerí a mi hermano que me acompañara y parecía que lo había considerado... te lo comenté a ti y también consideraste la posibilidad de asistir...

El viernes dice mi hermano...

Es el Domingo, ¿Verdad?

- Sí, pero no te preocupes mucho... no pasa nada si no vamos... yo mismo no sé si pueda vencer la pereza... jajaja...

El sábado en la noche me escribe...

- Lo del domingo es a las 3, ¿Verdad?, porque dice Betty que va con nosotros.

(No sé quién es Betty, pero es lo de menos)

- Pues sí, que bueno... aunque una amiga cumple años y, aunque aún no me dice nada, si me llama para decir que lo festejará, ya no iría a la Feria... pero pueden ir ustedes y me cuentan... ¿No?, jajaja...

Y un poco más tarde...

- Dice Betty que si no quieres que te hagamos un resumen también.

El domingo por la mañana vamos a hacer ejercicio. Él por su lado y yo por el mío, como de costumbre... Al reencontrarnos a media mañana me dice que había olvidado un compromiso hecho hace meses... y que no puede soslayar... que se lo han recordado hace unos minutos... No me preocupo, porque aún puede ser que yo mismo no vaya... aún puede ser que en yendo, "algo falle"... aún puede ser que tú sí vayas...

Dejé el coche en el estacionamiento de la Glorieta de Colón y caminé hasta al Palacio de Minería (como un Kilómetro de distancia)... una caminata muy agradable en virtud de que pude hacerla despacio y sin prisas... Llegué, compré dos boletos, me di cuenta que no debí hacerlo, pero... entregué uno, el otro lo guardé en mi bolsillo e ingresé al abarrotado recinto...

De inmediato ubiqué el Salón de Actos en la Planta Alta del Palacio y me dirigí hasta ahí. Había una gran fila, pero al preguntar en la entrada me dijeron que era para un concierto...

- A mi me interesa la presentación de un libro: "Los señores del Narco", de Anabel Hernández...
- ¡Ah!, sí... es después del concierto...
- De acuerdo... Gracias...

No sabía qué editorial publica el libro, pero lo busqué en el Internet del móvil (por cierto que no hay Internet libre en el Palacio... deberían considerarlo para futuras Ferias)... Editorial Grijalbo... me paso mis buenos diez o quince minutos revisando el mapa de la Feria sin encontrar el módulo de la editorial... No puede ser que no haya un módulo de Grijalbo... me acerco a un módulo de información...

- Oye, disculpa mi torpeza, pero es que ya revisé varias veces y no encuentro en este mapa el módulo de Grijalbo...

- ¡Ah!, es que no hay módulo de Grijalbo como tal. Viene con Random House... en ese módulo encuentras Grijalbo...

Y, en efecto, ahora sí, justo a la entrada de Random House, la pila de libros de "Los Señores del Narco"... $235.00... pago en efectivo... Gracias...

Aún me queda mucho tiempo y se me ocurre la grandiosa idea de ingresar al concierto del Salón de Actos y quedarme en el interior después del final para continuar con la presentación que me interesa... Grandiosa Idea en verdad...
La fila baja por las escaleras del Palacio hasta la Planta Baja y aún se pierde al doblar al menos dos esquinas por los pasillos... cuando al fin llego al final, la fila ha comenzado a avanzar... y ya incorporado en ella, al ir subiendo por las escaleras alguien se acerca y me pregunta...

- ¿Dónde le dieron su ficha?
- ¿Cuál ficha?
- ¿Para el concierto?
- No lo sé... yo no tengo ficha...

Esto no me habría pasado si hubiese venido con alguien... alguien se forma y alguien va a preguntar...
Entre que sí y entre que no, me salgo de la fila, espero, y cuando termina de entrar toda la fila me acerco a la entrada...

- ¿Va usted a pasar?
- No tengo ficha...
- No importa... aún hay lugares... pase usted...
- ¡Ah!, que bien... Gracias...

El espacio, aunque imponente, no es muy grande, pero hay suficientes lugares... Elijo uno de los que han sobrado hacia el frente del recinto y paso un rato muy agradable escuchando a "Pasión Escarlata"... un dúo de algo como "Folk-Rock"... la bocalista muy atinada, por cierto... y al final nos piden desalojar el Salón...

- Oye, yo vengo principalmente a la presentación del libro que sigue a continuación...
- Lo siento, pero tiene que salir y formarse de nuevo...
-... sí... de acuerdo...

Esto no me habría pasado si no se me ocurre la "Grandiosa Idea" de entrar al concierto... y obvio, la fila era de nuevo enorme... pero allá voy, con cierta precipitación hacia el final de la fila... ya buscando en la Planta Baja el fementido final de la fila, recuerdo lo de las fichas... ¡¡Las malditas fichas!!, y voy de regreso hacia arriba para preguntar dónde las dan (si no me hubieran dado acceso inmediato al concierto, habría preguntado antes)... a media escalera encuentro a personal de la Feria...

- Perdón... ¿Dónde dan las fichas para el acceso al Salón?
- Sobre la misma fila... usted fórmese y allá llegan a repartirlas... hasta donde alcancen...

(¡¡RAYOS!! Esto no sería tan complicado si no viniera solo)

Por fin me formo a kilómetros de la entrada... pero tengo la tranquilidad de que para el concierto era una fila similar... y así es. Alcanzo la ansiada ficha... la fila avanza... e ingreso por segunda ocasión al magno Salón de Actos... nuevamente logro un buen lugar, incluso más al frente que el anterior... Anabel Hernández... con un playera blanca... desparpajada... informal... de domingo... agradable... muy agradable... pero con una firmeza y seguridad que no nos dejaba perder un momento de atención... ya dedicaré una entrada formal y seria, como corresponde a sus palabras... a su libro... a su propuesta... el momento ha sido mejor, mucho mejor de lo que pudiera haberme imaginado...
Termina la presentación y viene la firma de libros... si no me hubiese sentado tan al frente, habría alcanzado un mejor lugar en la fila de firmas... vamos pasando poco a poco... y en un momento le digo a la pareja de enfrente...

- Les pido un favor... vengo solo... y quisiera que alguno de ustedes me sacara una foto con Anabel cuando me toque turno de pasar...
- Sí, claro, yo te la saco, aventura la chica...
- Gracias...

Cuando faltan como 10 personas nos avisan...

- Les suplicamos que sean breves en la firma, y que se abstengan de tomar fotografías, porque ya es tarde, tenemos que entregar el Salón para un siguiente evento y aún faltan varias personas de pasar...

(Esto no me habría pasado si no me hubiese sentado tan en buen lugar... si hubiera logrado un mejor lugar en esta fila... si... en fin...)

- Le recuerdo que no se pueden ya tomar fotografías señor...
- No te preocupes... no pretendo ya tomarme una foto con Anabel... sólo aprovechar para tomerle una a ella mientras me firma el libro... seré breve...
- De acuerdo, pero no se demore... por favor...
- Gracias... ten por seguro que no lo haré...

Es mi turno...

- Hola -me recibe ella con una gran y fulminante sonrisa-
- Hola Anabel... mi nombre es Guillermo -y le entrego el libro- (¿Así o más breve?)
- Ella escribe y yo le tomo una foto... ella, en terminando, voltea... aún con el libro abierto... aún con la pluma en la mano... aún ligeramente reclinada sobre su texto... y sonríe... -Click- habría hecho mi cámara si fuese mi vieja reflex que tanto extraño...

No es por vanagloriarme, pero aunque no es una fotografía que aspire siquiera a ser considerada para alguna publicación, a mí me ha encantado... A mi juicio, refleja con precisión lo que es Anabel Hernández o, al menos, lo que yo creo que ella es... y estoy, a pesar de todo lo que perdí, muy contento con ella...

Salgo del Salón... y me dedico a vagar un rato por los módulos... pero pronto me doy por vencido... me viene a la memoria la canción de TEX TEX, "Toque Mágico"... "miro a todas partes // y no sé qué buscar..."... me dirijo a la salida y de pronto recuerdo que la Universidad Autónoma de la Ciudad de México tiene un módulo aquí... y que quizás pueda yo obtener alguno de los títulos de los que han hecho, y he escuchado, programas en Radio Ciudadana... veamos... UACM... Planta Alta... módulos 1565-1566... subo de nuevo... me equivoco de pasillo y llego a una sala... Radio UNAM... ¡Ah!, es cierto... Radio UNAM iba a transmitir en vivo desde aquí... ¿Quién estará?... me acerco a la entrada y justo están despidiendo una transmisión... se levanta el invitado y es... ¡ Anabel Hernández !... wow... más aún, la salida no es por un costado de la mesa de transmisión... es... por la puerta donde estoy ubicado... wow... esto SÍ QUE ES BUENA SUERTE...

- Te pido un favor... ahora que se acerque Anabel... me sacas una foto con ella... por favor... te lo suplico...
- jajaja... claro que sí, yo te la tomo -responde una chica que casualmente está a mi lado en este momento-
- Sólo nos centras en esta pantalla... y oprimes aquí...
- Sí...

Anabel se acerca por el pasillo... empujando a su hijo de dos años en una carreola...

- Pues sí mamá... por eso les dije que se adelantaran a comer... es que así son estos eventos...

Alguien se me adelanta y se toma una foto con ella... termina y sigo yo...

- Yo también Anabel... por favor...

Me mira por un brevísimo y, sin embargo eterno instante...

- Sí, por supuesto...

- Ya está... y perdóname por favor... pero es que si no era hoy... ¿cuándo?

- jajaja... sí... no te preocupes... gracias...

- No, qué va... Gracias a ti... (Afortunadamente esta respuesta ya es automática en mí)... hasta pronto... y de nuevo ¡¡FELICIDADES!!

- Gracias...

Me volteo a con la chica que amablemente me ayudó con la cámara y me pregunta...

- ¿Sí se tomó?

Miro la pantalla...

- No... no se tomó... creo que no oprimiste el botón con suficiente fuerza...

- ¡Ay!... Lo siento mucho...

Esto no habría sucedido si no hubiera ido solo... pero de hecho, tampoco tenía por qué haberse presentado la oportunidad misma si andaba yo vagando sin rumbo...

La sorpresa inicial ha pasado muy rápido... apenas un instante... retomo el control y volteo a mirarla con una sonrisa...

- ¡Ah!... no te preocupes... no pasa nada... todo esto fue demasiado rápido y apenas si tuvimos tiempo... si ni siquiera imaginé que habría podido tener esta oportunidad... así que no hemos perdido nada... de verdad... no te preocupes por favor...

Vuelvo a sonreír... y creo que, si bien no pienso que ella haya entendido el porqué es que en verdad no me molestaba lo sucedido, sí creo que supo que en verdad no me molestaba... de suerte que logré que sonriera... sonreí... le dediqué una pequeña inclinación de cabeza y me dirigí a la salida del Palacio de Minería...

En apenas saliendo, una persona con aspecto muy descuidado, solicitaba a los que salían la mitad del boleto que aún conservaran... Me imagino que para presentar dos mitades a la entrada, esperando que no se notara que eran dos mitades de boletos diferentes y así poder acceder... saqué de mi bolsillo tu boleto intacto y se lo ofrecí... -¡Gracias!-... y caminó rápido hacia el guardarropa para dejar en custodia dos cajas de cartón sujetas con cordones que llevaba consigo...

Caminé tranquilo el kilómetro de Centro Histórico de la Ciudad de México, que me separaba de mi auto... tranquilo... de verdad tranquilo...

A fuerza de sucederme con tanta frecuencia este tipo de "accidentes", estoy aprendiendo a evitar que sus efectos se extiendan... El problema se viene cuando das por hecho un evento... cuando crees que te pertenece su desarrollo y su culminación...

El dolor... viene del desprendimiento... de la separación de algo que pertenece y ocurre que se rompe esa pertenencia... si no hay pertenencia... no hay dolor... en cambio con el dolor, puede venir la soberbia (o viceversa) que te provoca el estado de ofensa... y hasta la necesidad de resarcimiento... de venganza...

No permitiré (por lo menos esta vez te falló Duende cruel... o Dios aburrido... o lo que demonios seas) que esta mala suerte me afecte... y menos aún, que por mi causa afecte a los demás...

Por lo menos esta vez...

Saludos... desde el abismo...

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sábado, 26 de febrero de 2011

Dice aquí...
(De las experiencias que forman la persona...)

Océano mar... Continuación...

Dice aquí...

"Suspendida sobre la última cornisa del mundo, a un paso del fin del mar, la posada Almayer dejaba que la oscuridad, una noche más, enmudeciera poco a poco los colores de sus muros, y de la tierra toda y del océano entero. Parecía -allí tan solitaria- como olvidada. Casi como si una procesión de posadas, de todo tipo, hubiera pasado un día por allí, bordeando el mar, y de entre todas se hubiera separado una, por cansancio y, dejando que pasaran a su lado sus compañeras de viaje, hubiera decidido pararse sobre aquel barrunto de colina, rindiéndose a su propia debilidad, reclinando la cabeza y esperando el final. Así era la posada Almayer. Tenía esa belleza de la que sólo los vencidos son capaces. Y la limpidez de las cosas débiles. Y la soledad perfecta de lo que se ha perdido."

Océano mar; Alessandro Baricco; Anagrama...

(... lo considero hermosísimo. Una prosa poética llena de magia, de profunda reflexión contemplativa, de dulce fantasía y amarga verdad. Ojala puedan leerlo...)

El fragmento lo escribí como parte de un comentario a un blog que solía visitar ( www.elperfumedelasmoreras.blogspot.com ) por encontrar en él imágenes y textos que me generaban emociones no fáciles de describir, y que me han venido a la memoria con mucha frecuencia cuando leo las páginas de este libro... el resto del comentario dice...

Ya no te había visitado Tesa... pero tus fotografías y tus textos me transmitieron emociones que, aún sin saberlo en primera instancia, ahora lo se, se integraron a mí y forman ya parte de mi persona de suerte que, como dicen, ahora no es posible distinguir dónde termino yo y dónde comienzan ellas y viceversa...
Leo el texto que transcribo y la lectura se adorna con el recuerdo de algunas de las imágenes, y textos, que he visto y leído en este sitio tuyo... Es la misma sensación la que me produce la lectura de estos, y otros muchos renglones de este libro, y la de imágenes y textos de por aquí...
Y se me ha ocurrido que es entonces probable, sólo probable, que de esta manera y por este hecho que a mí me sucede, haya alguna conexión entre el libro y tú... que quizás, si no lo has hecho ya (y me agradaría que no), te emocionara tanto como a mí su descubrimiento y lectura...

Con mis mejores deseos... Tesa...

Saludos... desde el abismo...
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sábado, 19 de febrero de 2011

Dice Aquí...

(De la esperanza...)

Océano mar... continuación...

Dice aquí...

"Bartleboom... El cree que en alguna parte, por el mundo, encontrará algún día a una mujer que, desde siempre, es -su- mujer... Casi cada día, desde hace ya años, toma la pluma y le escribe... El cree que cuando se encuentren será hermoso depositar en su regazo una caja de caoba repleta de cartas y decirle
- Te esperaba
Ella abrirá la caja y lentamente, cuando quiera, leerá las cartas una a una y retrocediendo por un kilométrico hilo de tinta azul recobrará los años -los días, los instantes- que ese hombre, incluso antes de conocerla, ya le había regalado. O tal vez, más sencillamente, volcará la caja y, atónita ante aquella divertida nevada de cartas, sonreirá diciéndole a ese hombre
- Tú estás loco.
Y lo amará por siempre..."

El cree... Bartleboom...

La esperanza es el motor... o quizás es el combustible del motor que mueve la vida...
La esperanza es el fuego... o quizás es la leña que arde el fuego de la vida...

Según se considere...

La esperanza mueve al mundo...

Pero la esperanza muchas veces es cruel... engañosa... traidora...

La esperanza te sonríe, te mordisquea los tobillos, "en verdes praderas te hace reposar y hacia fuentes tranquilas te conduce para reparar tus fuerzas"... te arrea hacia un corral... o al matadero...

Aunque el final, final... después de todo... quizás sea un precio justo por el solo viaje... por el solo hecho de "creer"... por el solo hecho de haber creído...

Según se considere...

Saludos... desde el abismo...
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domingo, 6 de febrero de 2011

Dice aquí...

Océano mar; Alessandro Baricco; Ed. Anagrama; Traducción, Xavier González Rovira y Carlos Gumpert

Personalmente (siempre), lo considero hermosísimo. Una prosa poética llena de magia, de profunda reflexión contemplativa, de dulce fantasía y amarga verdad. Ojala puedan leerlo...

Dice aquí...

"La playa. Y el mar.
Podría ser la perfección -imagen para ojos divinos-, un mundo que acaece y basta, el mudo existir de agua y tierra, obra acabada y exacta, verdad -verdad-, pero una vez más es la redentora semilla del hombre la que atasca el mecanismo de ese paraíso, una bagatela la que basta por sí sola para suspender todo el enorme despliegue de inexorable verdad, una nadería, pero clavada en la arena, imperceptible desgarrón en la superficie de ese santo icono, minúscula excepción depositada sobre la perfección de la playa infinita. Viéndolo de lejos, no sería más que un punto negro: en la nada, la nada de un hombre y de un caballete."

De las religiones que conozco; o mejor dicho, de lo que conozco de las religiones que conozco, el ser humano es la obra cumbre de Dios o, al menos, de lo mejor de sus obras: Imagen y semejanza, la parte superior de una escalera al paraíso, el punto exacto de una cocción divina...
Sin embargo, "lo simple es lo más perfecto". La dinámica del universo, la inercia de las cosas inertes, el equilibrio espontaneo, la perfección de una playa solitaria. Arena, viento, el mar... la perfección...
Pero al irnos acercando (incluso el sólo hecho de acercarnos) van apareciendo otros "detalles": un ave que surca el cielo, un pez que salta del agua, un cangrejo por sobre la arena, el zumbar de un insecto, acaso un mangle, una palmera o un liquen pegado a la roca... aparece la vida... y con ella la muerte... la incertidumbre... la competencia, siempre la competencia... la vida es complicada... la vida es imperfección...
Por supuesto que hay quienes no ven esto como una imperfección, sino al contrario... la complicación que es la vida es para ellos su atractivo, su ventaja. La incertidumbre una oportunidad, la muerte un motor, la lucha constante que es la vida, el divino don...

Supongo que al final, la vida, como todo lo que existe, sólo es, simple y llanamente sólo es; como lo es la arena, como lo es el viento y como lo es el mar... y la perfección es sólo un invento nuestro, una sospecha, un anhelo... una complicación (una más) ínfima de la vida que se pierde (como la vida misma) dentro del gran equilibrio del universo... una burbuja o una chispa imperceptible dentro de la gran dinámica del universo... si fuésemos capaces de alejarnos lo suficiente ("imagen para ojos divinos")... acaso podríamos ver la perfección...

Dice aquí...

"... basta con el atisbo de un hombre para herir el reposo de lo que estaba por convertirse en verdad y, por el contrario, vuelve a ser inmediatamente espera y pregunta, por el simple e infinito poder de ese hombre que es tragaluz y claraboya, puerta pequeña por la que regresan ríos de historias y el gigantesco repertorio de lo que podría ser, desgarrón infinito, herida maravillosa, sendero de millares de pasos donde nada podrá ser verdadero, pero todo será...

Parece una paradoja...
o quizás es sólo cuestión de perspectiva...

Saludos... desde el abismo...
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sábado, 5 de febrero de 2011

Agua...

(De'sos extraños despertares...)

Esta mañana, inmerso aún en la penumbra silenciosa previa al amanecer, en el instante justo en que recuperé la conciencia después del sueño nocturno, me saltó a la memoria, junto con cierta ansiedad, una sensación extraña como necesidad, el sonido, sólo el sonido del agua...

¿Has escuchado el sonido del agua cuando se agita?

No me refiero al de un chorro de agua corriendo, o golpeando violentamente, estrellándose como líquido cristal en mil pedazos como estrellas... o como lágrimas...
No. Sino al de una masa de agua, pequeña como el de una cubeta, o grande como el océano mar, agitada suave, pero firmemente por el viento, por un remo, por una mano... el sonido de un río suave que bordea una roca en su camino... la cuchara que muevo sin ritmo (esto es fundamental) al preparar una jarra de agua de limón en la cocina...

Hoy desperté extrañando con sorda ansiedad, el sonido, sólo el sonido del agua cuando se agita...

Saludos... desde el abismo...
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