... sabiendo esperar un poco

lunes, 23 de julio de 2007

Jirones de una historia que nunca se contó...

(Fragmento 02)

¿Cuántos años han pasado? ¿Cuántos más deben pasar? ¿Cómo se mide el tiempo, el verdadero? ¿Cómo es posible olvidar una vida y, sin embargo, recordar todos los detalles de un momento?

Inmerso como vivía en la rutina puntual y a la vez vertiginosa del trabajo, se volvió distraído. Sin darse apenas cuenta se había acostumbrado a esa pérdida de lo que nunca había sido en realidad y que, sin embargo, le seguía a todas partes como sombra olisqueándole permanentemente los tobillos. Sin darse cuenta que aún aprisionado dentro de ese rígido lapso limitado por las tajadas triangulares perfectamente iguales del reloj, se escondía tímidamente un breve espacio para buscar, para alimentar eso que nunca muere por más que uno pretende desecharla... la esperanza...

Se detiene en seco la respiración, y se abre un agujero luminoso que lo ciega, que le recorre el cuerpo como un disparo eléctrico. La imagen le activa la memoria; no es ella, pero ya no importa... El engaño y el desengaño se suceden instantáneamente, pero ya no importa, el daño está hecho... sin dejar de mirar ya no ve si no los fantasmas al descubierto que nunca se han ido. El corazón le golpea intentando recuperar estabilidad, mesura, la tranquilidad... El hormigueo de los dedos se transforma en el peso de todos los años pasados que ahora se le cuelgan a la espalda desgranándole el paso de tanto tiempo en los oídos... fatiga... Nada ha valido la pena. La sospecha es verdadera. El mundo es sólo dolor y no tiene remedio... suspira... respira muy hondo y se complace en el sabor amargo de los recuerdos... Sabe que esto pasará, como siempre, como todo; porque todo pasa... siempre... pero por ahora lo que en verdad quisiera es que empezara a llover... en estos momentos siempre añora la lluvia... y la muerte... lo que en verdad quisiera es dormir, poder por fin descansar... en paz...

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