... sabiendo esperar un poco

miércoles, 27 de febrero de 2008

Jorge Fernandez Granados...

(Del tiempo que pasa...)


Voy a buscarte, Neme, en milpas de granizo.
Quiero encender la leña, que perfume
esta noche de oficios en el frío.
Lo has olvidado todo, Neme,
te vas de la vigilia.
Tus ojos son pájaros blancos
ahogados en la sombra que ha vencido.
Tuviste tanta fuerza y me abrazabas
cuando llegaba el miedo, sus ángeles helados.

Que alta está la lluvia cuando somos de agua.
Tú quieres ver el mar, Neme, tú quieres
ganar la madrugada, golondrinas,
y un lugar donde seamos hijos
de tus primeros hijos
para sentir la misma savia
que una vez te llenó joven los labios,
y otro fuego en tus manos salamandras
y otro sitio en el árbol de tu cintura firme.

¿Por qué somos de muerte, abuela? Será el viento
o este pequeño nudo de cenizas
donde habitaba con dolor el alma
lo que hoy no deja que te vea;
tus tardes de tomate
y el aleteo de roncas plumas
en el temprano horror de la comida
o el místico biscocho que cerraba
entre un lento café, los rituales nocturnos.

Tus aretes de prisma, un rebozo de nudos,
tu inútil monedero que perdías
en los rincones de la casa a oscuras,
el tono de tu voz bajita
que trenzaba las coplas
cuando una paz la entretenía
en las historias de tu costurero,
las hondas islas del dolor que a ratos
cuajaban en la cera donde ardían tus muertos.

¿Dónde estuvimos antes de ser estos que somos?
En una calle con sus perros flacos
buscando en los pellejos la mordida
de algún precario paraíso,
en frases de fideos,
cebando bolsas de mandado
o témpanos de leche (la puntual
papaya y su tabor de cuescos negros),
o viendo en el arroz materia de castillos.

Alguna vez puliste palabras de otra infancia
y qué raro sonaban en las ollas
o en el pasillo con olor a sol.
Tenías un coro de gallinas
muy tontas y espantadas.
Alguna vez nos enseñaste
que las casas se inundan y perdemos
primero el miedo, un día después los muebles,
la ropa, el tiempo, el frío. Todo se lleva el agua.

La furia nos buscaba con dientes amarillos
que burlaban las rejas del corral
como demonios de rosada trompa
y nos pegaban corredizas.
(Ahí perdí un zapato
y un buen pedazo del orgullo.)
Quedó el panteón de los juguetes tibio
de tanto remendar lo destrozado,
la higuera con su tronco lisiado por manubrios.

¿Qué más puede curarnos? Tu fe de manzanilla,
las noche en que el Diablo busca un alma
y el cuerpo es un enigma de ceniza.
Voz que vaciaba la blancura
en mi corazón triste.
Y entonces comprendí que el mundo
sería un territorio de batallas,
que estábamos aquí, lejos y solos,
bajo el viento que rompe los rojos papalotes.

No tenemos proezas, Neme, sólo recuerdos,
luz entre las paredes de ese patio,
geometrías de tensa mantequilla,
un bosque de oyamel y el cielo
antiguo de aguaceros.
No tenemos más que estos ojos
que cuentan esas alas en el aire
y tiemblan en la noche , los mundanos
tesoros de su lumbre, su pan y su memoria.


Del libro:

"Los Hábitos De La Ceniza"
Jorge Fernandez Granados

viernes, 22 de febrero de 2008

Textomontaje...

(Texto de Cristina Rivera Garza; de su novela “Nadie Me Verá Llorar”,plagiado, mutilado, desordenado y montado…)

Cástulo Rodríguez cree que el mundo, alguna vez, será distinto.
Esperanza Garduño cree que todo empezó con el abandono de su esposo y una conspiración familiar, pero también está convencida de que la pérdida de la razón y de la mitad del paladar se debe a la brujería y al socialismo.
Cada vez que visitan a Cresencia Gómez, la ataca el pavor ante los malos espíritus.
Everardo Ponce perdió su voluntad en los telares de una fábrica de la cárcel de Belén.
Cirila Esquivel conversa por horas con seres invisibles a quienes reconoce por sus voces. Está preocupada con la idea de reconciliar todo para que una vez que la paz exista pueda reinar con tranquilidad.
Rafael Mexica, apodado “El Loco”, mató a su compadre frente a la pulquería No Me Olvides. No recuerda nada, porque desafortunadamente, cuando se embriagaba perdía la conciencia, la razón.
Teresa Olivares tiene mal carácter y cierta proclividad a los placeres degenerados. Además, sale sola a la calle y no respeta a nadie.
Juan Nepomuceno Acosta se inyecta cincuenta gramos de heroína al día. Estudiante de Leyes.
Guillermo Noyola cree que el mundo, acaso no tiene remedio.
Matilda Burgos los ve morir, uno tras otro. En veintiocho años que permanece en el manicomio La Castañeda ningún suceso la perturba y nada la hace llorar. Con el tiempo a aprendido a reírse de todo.

Saludos…
-

martes, 19 de febrero de 2008

Remansos...

"Siempre, al final de todo, nunca hay nada..."

Llegan...
Al cabo de un vertiginoso vaivén de la vida, momentos de calma que son como remansos, como descansos en una escalera (sea que vayas de subida o de bajada), como miradores naturales a la salida de una arboleda, como agujeros de luz en medio del extravío...
Engaños... Trampas... Grietas ocultas...
No hay consejo que valga... No son lugares de descanso, ni siquiera para bajar la guardia... a menos que los conozcas... y que los reconozcas como atalayas de "lo interior"... como espejos... A menos que a fuerza de haber sufrido malhaya sea cuantos descalabros, te hayas hecho del yelmo doloroso de cicatrices... o acaso hayas aprendido ese sabor amargo, el del tiempo... a menos que llegues a ellos con la familiaridad certeza de que al final, final, te será dado el tan anhelado "seréis como dioses" que, si logras contener el flujo del alma, te descubrirá entre carcajadas el horizonte atestado de soledades... cada una inmersa en su própio vértigo... en su propio engaño... tal cual como si valiera en algo la pena...

Saludos...
-

lunes, 18 de febrero de 2008

Como una rueda por dentro...

(De los días tristes... por fuera... y por dentro...)

Mucho me dio a escribir este poema... mucho más me ha dado a pensar... tanto, que mejor no escribo nada... creo que el silencio contemplativo al respecto resulta mi mejor comentario...

16/02/08

El humo escapa de la boca,
rueda en las veredas
balanceando un nombre como de lluvia
una humedad que a entre dientes
suena a desierto

Y rueda la mirada
entre otras palabras que ya no divulgo,
que entre miles de otras bocas
esconden grietas tras el silencio:

Dedicarse a espinar las nubes
con los ojos medios ajados;
alunizar un rostro
sin completamente conquistarlo,
inventar el peso de otro cuerpo
como una raíz de aire

Publicado por Kuhane en 3:31

www.la-escafandra.blofspot.com

Gracias Gia...

Saludos...

miércoles, 13 de febrero de 2008

Sin mirar atrás...

(De la memoria e insignificancias que la acompañan...)

Cuando se sucede un evento "memorable" en nuestras vidas... es común que ciertos elementos "comunes", y precisamente por comunes, se liguen a la memoria de dicho evento sólo por el hecho de "haber estado en el momento y en el lugar precisos"...
La relación final resulta plenamente risible... y sin embargo inseparable por el resto de la memoria... más aún, se establece una "simbiosis" extrañísima donde un elemento netamente insignificante, pero común, adquiere la importante tarea de detonar un recuerdo que de otra manera, quizás, sólo quizás, correría el riesgo de desvanecerse en el olvido...
Y estas relaciones, a su vez, siempre me recuerdan una obra de cine con cierta fama... "La Mosca"... vayan ustedes a saber porqué...

Y todo esto sale a colación a partir de un poema que he leido en un espacio que visito con frecuencia y que incluso he mencionado aquí anteriormente... aquí el poema...

miércoles 13 de febrero de 2008

Sin mirar atrás
::


No tenías ya tiempo para perder el tren
y nos refugiamos en un restaurante de cómida rápida
5,95 chicken con fries
y burbujas en el estómago
tal vez no nos mereciamos una despedida lenta
luz de luna, en lugar de infernales fluorescentes
tal vez fue mejor así - como Tú decías -
pero me hubiera gustado al menos
ganar un banco, una esquina
donde poder tropezar
. tu espectro
cuando estuvieras lejos
en lugar de un beso en los labios sin mirar atrás
con sabor a salsa barbacoa

Publicado por P. en 16:13

www.elcementeriodelasbuenasintenciones.blogspot.com

Saludos...
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lunes, 11 de febrero de 2008

Des-anudarse

(De nuestro yo incomprensible y perdido... y solo...)

La resolución absoluta de un incendio inadecuado,
se basa en la suma perfecta del tiempo y sus suburbios.
Si alguna vez la boca tropezó de espantos
o masculló alguna aguerrida palabra,
fue solo por inercia, fue solo el hilo
que hala la inocencia,
esa que se guarda todo momento,
expectante a tus ojos,
mirándome allá, bien lejos de mi mismo,
queriendo tocarte y tocarme.
.
Descubrirte
en el barniz viejo de tanto cuento,
en las pecas del muro
en el que solías deshojar las mañanas,
como rogándole a las nubes una lluvia de ideas,
un desvestir al tiempo
con los ojos acólitos del llanto,
al desmadejarse de obsesiones
porque se desconocen las ganas,
porque el que se nos va,
es el que ya no fuimos,
el que después de un porqué de instancias,
se sienta a esperar la decadencia
de la melodía que se esconde bajo las uñas,
.
Bajo el lodo que nos inunda, que nos humedece
casi imperceptible y que nos hace humanos,
ese espacio de la vida que se avienta a la razón,
desconociendo esa inconsciencia deliciosa
que nos llena de tantos otros retratos,
de tantas otras piezas, este tumulto de vacios
que nos descompone o compone,
abrazando a las sombras,
las que se aletargan, se encarnan y gritan ,
como un abismo dentro de uno mismo,
un árbol enlazando sus raíces a falta de semillas.

Kuhane

http://la-escafandra.blogspot.com/

Saludos...
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