... sabiendo esperar un poco

lunes, 27 de febrero de 2012

Quien tenga oidos...

(Del pasado, siempre tan presente...)

Dice aquí:

"La pared de la escalera por donde yo vi ascender el reflejo de la bujía, ha largo tiempo que ya no existe. En mí también se han desecho muchas cosas que yo creí que durarían siempre, y se han alzado otras nuevas, preñadas de penas y alegrías nuevas que entonces no sabía prever, lo mismo que hoy me son difíciles de comprender muchas de las antiguas. Hace mucho tiempo también que mi padre ya no puede decir a mamá: -Vete con el niño-. Para mí nunca volverán a ser posibles horas semejantes. Pero desde hace poco otra vez empiezo a percibir, si escucho atentamente, los sollozos de aquella noche, los sollozos que tuve valor para contener en presencia de mi padre, y que estallaron cuando me vi a solas con mamá. En realidad esos sollozos no cesaron nunca; y porque la vida va callándose cada vez más en torno mío, es por lo que los vuelvo a escuchar..."

Marcel Proust; En busca del tiempo perdido; 1. Por el camino de Swann; Alianza Editorial

Dice el dicho que "Ten cuidado con lo que deseas, porque es posible que se te conceda..."
¿Qué tan frecuente se da el caso de una lucha, de un esfuerzo que se vuelve obsesivo por la eliminación de un obstáculo, por la conquista de un logro, de una meta? y del enorme, oscuro y frío vacío que se da cuando por inesperada y sorpresiva casualidad, la mayoría del las veces, se consigue el objetivo...
¿Cuántas veces has querido volver el tiempo atrás cuando acontece algo irremediable para el futuro?
Y sin embargo, es un camino que ha de recorrer, sufrir, cada quien, como un destino, como una maldición, como un hechizo que nos nubla la vista y que sólo se nos descubre cuando ya no hay remedio, cuando el mal está hecho, cuando de pronto nuestro mundo se nos voltea al revés y ese revés es algo sin sentido que nos deposita de súbito en un paraje aislado y solitario donde de ahora en adelante deberemos cargar, como un castigo digno del infierno de Dante, con la pesada carga de la soledad...

Quien tenga ojos... que lea...

Saludos... desde el abismo...

(Hermoso texto, este de Proust...)
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domingo, 5 de febrero de 2012

Efecto mariposa...

(De la ingenua ilusión del libre albedrío...)
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"El azar es la forma que adopta Dios para pasar inadvertido."
Jean Cocteau
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Dice aquí:
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"El primero de los hipopótamos, un macho del color de las perlas negras u tonelada de peso, cayó muerto a mediados de 2009. Había escapado dos años atrás del antiguo zoológico de Pablo Escobar en el valle del Magdalena, y en ese tiempo de libertad había destruido cultivos, invadido abrevaderos, atemorizado a los pescadores, y llegado a atacar a los sementales de una hacienda ganadera. Los francotiradores que lo alcanzaron le dispararon un tiro a la cabeza y otro al corazón (con balas de calibre .375, pues la piel de un hipopótamo es gruesa); posaron con el cuerpo muerto, la gran mole rugosa, un meteorito recién caído..."
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Así inicia el libro de Juan Gabriel Vásquez; "El ruido de las cosas al caer"; ed. Alfaguara; Premio Alfaguara 2011...
y ese inicio da cuenta de inmediato del tema del libro; y no me refiero al evidente tema de la vida en un ambiente inmerso, enrarecido de todo lo que rodea al negocio de las drogas, sino, más bien, al de la sutil pero indefectible red de hilos, de lazos que nos unen a todos con todos y con todo... el vértigo asfixiante de un "efecto mariposa" que va más allá, mucho más allá del imaginado por los matemáticos más desquiciados.
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Esta descripción del grotesco abatimiento de un hipopótamo detona (hila) la relación principal de la historia contenida en el libro, pero a su vez, es tan (deliberada o no) parecida al abatimiento mismo del capo Pablo Escobar en 1993, que uno automáticamente se inquieta por tan absurda semejanza que ,sin embargo, está plagada de conexiones, las más de ellas involuntarias, ajenas a los protagonistas...
Pablo Escobar y un hipopótamo... compartiendo el mismo fin; el primero a sabiendas, quizás, de que no podría ser de otra manera, el segundo, sin embargo, y con el cual cualquiera de nosotros bien se puede identificar, y de ahí lo excitante del tema, a merced de las voluntades más inesperadas del azar... ese, que dicen adopta Dios...
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Saludos... desde el abismo...
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