Me han preguntado varias veces que por qué uso vestimenta normal (formal) los viernes “casuales” en el trabajo…
Desde siempre he respondido que se me hace irrelevante vestir diferente si el trabajo es el mismo… que es un poco una protesta ante una medida que sin generar un beneficio real para nosotros, hace ver a la administración comprensiva y hasta bondadosa…
¡Ja! Cómo no…
Es como si a un esclavo, de esos con grillete y bola de hierro, le dejasen un día de la semana pintar su bola de hierro del color que quisiera… del color que le gustara… No se si me explico… se me hace algo realmente grotesco y hasta insultante…
Y habiendo respirado profundamente y contado hasta diez, ya con un poco de mayor serenidad, esta medida de “permitir” que el viernes se pueda uno vestir informalmente, “casual” (léase en inglés… “caschual” –Derrito-), denota tres hechos:
Que a la gente le desagrada vestir formalmente para trabajar, que la administración lo sabe y con esta medida lo reconoce y, finalmente, que es posible trabajar lo mismo sin tener que vestir formalmente…
Así entonces, los “viernes casuales” sólo demuestran que la vestimenta formal no es más que una necedad (y quien me conoce sabe a qué me refiero cuando escribo lo siguiente), como lo es el trabajo mismo, el concepto de trabajo tal y como se define en este momento y el cual deriva directamente de la esclavitud, por lo que es en sí mismo una aberración como lo son los “viernes casuales”.
P. D. Además, a mí no me incomoda ni desagrada la vestimenta formal… aún cuando los días que no trabajo me visto completa y exageradamente informal… jejeje...
Saludos nuevamente... desde el abismo...
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2 comentarios:
Te encuentro toda la razón en que la vestimenta no cambia el hecho de trabajar, pero el vestirse "caschual" hace que ya se vea próximo el fin de semana con su libertad para "cambiar de ocupación", porque hacer NADA es la lata más horrorosa, si no, piensa el nuestra actitud en una cola ante una caja de banco.
Creo que todo estriba en cambiar de actitud frente al trabajo, no verlo como esclavitud, porque es necesario para comer, vestirnos para abrigarnos y para protegernos de las inclemencias del clima, lo básico, pero también pra pagar la conección a Internet y bloguear, ir al cine, leer libros y las otras necesidades que nos trajo la cultura y que me consta que tu disfrutas.
¡Anda, amigo! cambia tu rabia por ver un rayito de luz en ésto también, que si no trabajaras, yo no te conocería ni por este blog color ratón que tienes y que me gusta visitar.
Saludos muy congelados. Anoche nevó un poco en mi casa, cosa poco habitual, pero bella.
He venido a tu rinconcito a ver por dónde andabas, Guillermo, y me encuentro este texto con el que estoy tan de acuerdo, punto por punto, que me ha hecho sonreír.
Al contrario que a ti, no me encuentro cómoda con ropa formal, soy un pelín extravagante aunque minimalista a la vez. Y hasta en bodas de postín,eventos y trabajos procuro adaptar a mi gusto la "etiqueta" que exigen.
Espero que estés bien. Un beso,
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