(De la fragilidad...)
Soñé contigo y era en el sueño alguien en tu vida... y era el sueño una atmósfera sin el lastre del pasado y sin la incertidumbre del futuro... un perenne presente tu presencia...
no había estridencias... ni excesos... ni algarabía... era todo un suave remanso... la felicidad...
Pero ahora estoy despierto... y es en cambio todo esta ausencia que me oprime... que me ahoga... que no era antes de soñar...
Ha sido la hoja que cae sobre el espejo de un estanque... todo se distorciona... y no puedo entender la caricia fresca del viento perfumado de trinos de aves... ni la naturaleza toda que extiende agradecida sus verdes brazos al sol de primavera...
Uno es sólo lo que lleva dentro... nada dice lo de fuera, que no sea eco de lo que se grita desde el interior... y yo soy entonces este pesado, oscuro y frío silencio que se rompe...
Pero ya pasará... porque todo pasa... regresará la frágil tranquilidad, estática y precaria... que tanto añoro cuando se altera... todo es dejar fluír las ondas de la angustia sobre el espejo del estanque... poco a poco se re-uniran (porque siempre se re-unen) los pedazos del silencio roto... poco a poco regresa la calma soledad...
al menos por un tiempo... hasta que vuelva a soñar...
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... sabiendo esperar un poco
domingo, 12 de abril de 2009
sábado, 4 de abril de 2009
Tu intangible nombre...
(De todo y de nada... sobre todo de nada...)
y cuando exhausto de huir me detengo
intentando reunir fuerza de nuevo
el intangible rumor
de tu intangible nombre
sigue intacto en la misma nada
que lo cubre todo...
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y cuando exhausto de huir me detengo
intentando reunir fuerza de nuevo
el intangible rumor
de tu intangible nombre
sigue intacto en la misma nada
que lo cubre todo...
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viernes, 3 de abril de 2009
Pollos a la leña...
(De nuestros placeres destructores...)
El fin de semana pasado por la mañana, viajaba con mis papás y mi hermano por el estado de Hidalgo, cerca de la ciudad de México... en el camino pasamos al lado de un local que anunciaba Pollos a la leña, el cual apenas iniciaba sus actividades del día. Descargaban en ese momento una camioneta de troncos que supusimos serían precisamente para cocinar los famosos pollos... y seguimos de largo comentando acerca de que... es un buen negocio... que es realmente fácil la preparación... que mi hermano ha visto filas de autos estacionados al lado de la carretera junto al local, aún entre semana... y nos prometimos que hemos de regresar uno de estos días a degustar unos ricos y deliciosos tacos de pollo a la leña, con salsa roja, aguacate, lechuga y de más...
Como me sucede con frecuencia, suelo saborear en un como ensueño, los gratos momentos de días pasados mientras pasa la vida rutinaria de entre semana... debe ser una especie de actoreflejo defensivo contra la locura... o algo así...
entonces he recordado este reciente viaje, y en especial y particularmente la escena de los troncos en la camioneta... creo, casi con plena certeza, que eran troncos de mezquite... me gustan los mezquites... son árboles recios... bien adaptados a las fuertes canículas de la región... son de madera dura... de troncos rugosos, retorcidos y crispados... de ramas espinosas... en la época de secas, siempre me ha sorprendido que mientras todo luce árido, seco y polvoso, resaltan de manera extraña y especial los retoñitos verdes, verdes de los mezquites y huizachez...
No recuerdo dónde leí una estadística que mostraba que más de la mitad de la población mundial cocina con leña y carbón vegetal... porque no tiene otra alternativa... no sé... quizás eso lo justifique... pero quemar leña para asar unos deliciosos pollos... todos los días, todo el día... sólo por el placer del sabor... sólo por lucro...
sin discusión alguna es un agravio contra natura... es una lástima, porque repito, son deliciosos, pero en definitiva creo firmemente que debería desaparecer la práctica de cocinar pollos a la leña... si en verdad queremos detener en algo el deterioro que ocasionamos... y digo detener, porque para revertir el problema... bueno...
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El fin de semana pasado por la mañana, viajaba con mis papás y mi hermano por el estado de Hidalgo, cerca de la ciudad de México... en el camino pasamos al lado de un local que anunciaba Pollos a la leña, el cual apenas iniciaba sus actividades del día. Descargaban en ese momento una camioneta de troncos que supusimos serían precisamente para cocinar los famosos pollos... y seguimos de largo comentando acerca de que... es un buen negocio... que es realmente fácil la preparación... que mi hermano ha visto filas de autos estacionados al lado de la carretera junto al local, aún entre semana... y nos prometimos que hemos de regresar uno de estos días a degustar unos ricos y deliciosos tacos de pollo a la leña, con salsa roja, aguacate, lechuga y de más...
Como me sucede con frecuencia, suelo saborear en un como ensueño, los gratos momentos de días pasados mientras pasa la vida rutinaria de entre semana... debe ser una especie de actoreflejo defensivo contra la locura... o algo así...
entonces he recordado este reciente viaje, y en especial y particularmente la escena de los troncos en la camioneta... creo, casi con plena certeza, que eran troncos de mezquite... me gustan los mezquites... son árboles recios... bien adaptados a las fuertes canículas de la región... son de madera dura... de troncos rugosos, retorcidos y crispados... de ramas espinosas... en la época de secas, siempre me ha sorprendido que mientras todo luce árido, seco y polvoso, resaltan de manera extraña y especial los retoñitos verdes, verdes de los mezquites y huizachez...
No recuerdo dónde leí una estadística que mostraba que más de la mitad de la población mundial cocina con leña y carbón vegetal... porque no tiene otra alternativa... no sé... quizás eso lo justifique... pero quemar leña para asar unos deliciosos pollos... todos los días, todo el día... sólo por el placer del sabor... sólo por lucro...
sin discusión alguna es un agravio contra natura... es una lástima, porque repito, son deliciosos, pero en definitiva creo firmemente que debería desaparecer la práctica de cocinar pollos a la leña... si en verdad queremos detener en algo el deterioro que ocasionamos... y digo detener, porque para revertir el problema... bueno...
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