... sabiendo esperar un poco

viernes, 30 de abril de 2010

Alguien arriba debe estar muy aburrido...

(De un encuentro casual...)

Debería estar molesto
creo que no lo estoy

Se miraba tan guapa
con el cabello al aire
esa blusa pequeña de tirantes
que dejaba libres sus hombros
menuditos y perfectos

su cintura desnuda
sus pantalones amplios

Erguida garbosa
insolente
deliciosa

Al lado de ese hombre
alto
delgado
y joven
sobre todo joven

Debería estar molesto

y aunque es de madrugada
y aunque no dejo de pensar en ti
(¿por cuánto tiempo más?)

creo que no lo estoy...

Diviértete mucho amor
buena noche...
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sábado, 24 de abril de 2010

Dice aquí...

(De por qué somos cómo somos...)

Firmin, continuación...

Dice aquí...

"Flo no era de las que ponen trabas a la tentación..."

Este renglón, así tan simple, me llamó mucho la atención en virtud de que yo mismo soy todo lo contrario.
Dotado de un carácter pasivo, tímido, aparentemente autosuficiente, este se vio reforzado por una educación basada en el servilismo proletario, y fue también extraordinariamente influenciado por una especial y esmerada instrucción religiosa que me hizo crecer en el "temor de Dios". Así, no sólo no tenía grandes tentaciones, sino que las pocas, normales y hasta risibles que tuve, que tengo, eran causa de una gran culpabilidad, una fuerte autorepresión, y permanentes angustia e inseguridad...
Por si esto fuera poco, el desarrollo general actual de la sociedad, tendiente al libertinaje irracional egocéntrico, ha ido alejándome aún más del extremo atractivo de la vida, del extremo tomado popularmente como bueno.
No ha sido fácil, primero romper con las cadenas creadas en la infancia (si es que acaso eso es posible), y luego negarme a ser atado con las que pretenden colocarme en estos días (si es que acaso eso es posible). Diferenciar lo que realmente soy de lo que me hicieron ser y de lo que pretenden que sea, en aras de reconocer y, entonces sí, intentar alcanzar el bien que realmente me importa y que, al menos por ahora, parece ser una pasiva tranquilidad...
Por supuesto, este intento por autoreconocerme, cuyos resultados, al parecer, no van acorde a las tendencias generales, si bien me va aislando, afortunadamente para esa, mi tranquilidad (y esto parece reafirmarme en esa búsqueda como señal de ir en la ruta correcta), tampoco me exige tratar de ser comprendido ni mucho menos apoyado, ni tratar de dar explicaciones o, menos aún, intentar siquiera imponer razones.
Quizás, como en este caso, las exponga en un foro público, pero siento yo que es más un ejercicio de autoapreciación que de exposición inquisidable o, mucho menos, inquisidora.

Así entonces, veo a Flo, no con rechazo sino como un ejemplo de un carácter distinto del mío, incluso envidiable, pero sólo en la medida en la que ella es capaz de soportar las consecuencias de su forma de ser, tal como yo, como todos, soportamos mejor las consecuencias de ser como somos que las de ser de otra manera. Porque quizás, finalmente sólo quizás, no sean tanto nuestros anhelos, sino nuestra sensibilidad a las consecuencias de nuestros actos, la que determina en gran medida, lo que vamos siendo por la vida...

Saludos... desde el abismo...
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domingo, 18 de abril de 2010

Dice aquí...

(De a lo que nos aferramos para mantenernos "a flote"...)

Firmin, continuación...

Dice aquí:

"Pero eso aún no lo sabíamos. Me refiero a lo de ir derechitos al olvido. A esa edad, uno piensa que todo es para siempre."

Así, sucede que cuando suceden "cosas", si no inevitables algunas, por lo menos frecuentes y, o usuales otras, indefectiblemente nos toman por sorpresa. El fin de una relación sentimental, el fin de una relación laboral (al inicio de esta, después de un tiempo, o después de una eternidad), la pérdida de habilidad física, un accidente, una enfermedad...
Dejar de creer en un columnista "infalible y destacado", en un escritor, en un político; dejar de creer en un maestro, en nuestros padres, en un ídolo deportivo; dejar de creer en la justicia, en el amor, dejar de creer en Dios...
Nos aferramos a una situación y la queremos prolongar por siempre. Escribe Proust:

"Quizá ese espanto que sentía yo -y sienten otras muchas personas- de dormir en una alcoba desconocida no sea sino la forma humildísima, oscura, orgánica, casi inconsciente, de esa rotunda negativa opuesta por las cosas que constituyen lo mejor de nuestra vida presente a la posibilidad de que revistamos mentalmente con nuestra aceptación la fórmula de un porvenir donde ya no figuran ellas; negativa que era también la base de aquel horror que tantas veces me inspiró la idea de que mis padres habrían de morirse algún día..."
.......................(Marcel Proust; En busca del tiempo perdido; A la sombra de las muchachas en flor)

Claro que es injusto decir que alguien se aferra a algo cuando todos, la verdad, nos aferramos a algo. Tal parece, y quizás sea así, que en el mar de la vida no es posible mantenerse a flote por sí mismo. Y los que pueden hacerlo (o aparentan poder hacerlo) sin ayuda, sin madero, son seres de una raza incomprendida o por lo menos inadvertida e incluso, a veces, despreciada; tachada moralmente de mediocre, conformista, improductiva, porque de entre la variedad de maderos para mantenerse a flote, resaltan, y se aprecian más, los que más tienden a "jalar" hacia arriba; hacia el "futuro permanente", hacia "la cima" de los valores tomados como "buenos". Son seres, además, que se dejan (o aparentan dejarse) voluntariamente a la deriva, a la inercia natural, normal e inevitable de las sombras, del anonimato, de la muerte. Porque "empezamos a morir desde el instante mismo en que empezamos a vivir" y lo demás es sólo la forma en que pasas, de suerte que cualquiera, cualquiera que sea, es igual de válida. Si pudiéramos asimilar esto, quizás todo sería más fácil... no lo se...

Saludos... desde el abismo...
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domingo, 11 de abril de 2010

Dice aquí...

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(De hasta dónde pueden llevarte los sueños...)

Firmin es un libro de Sam Savage, editado en México por Seix Barral.

Tierno, emotivo y deprimente; aunque este último adjetivo es evitado por los comentadores del libro en la contraportada, quizás por obvias razones, comerciales y obsesivas razones; porque el adjetivo deprimente simplemente no vende, y porque hay en estos tiempos una terca insistencia en "el deber" máximo y único de "ser feliz". Porque otra cosa es invariablemente un fracaso.
A pesar de todo, Firmin, quizás por su carácter de fábula, va teniendo buen éxito en los Estados Unidos, y se proyecta ya editarlo en diversos países del orbe. Enhorabuena.

No es el objetivo de esta serie revelar la historia ni mucho menos. En todo caso lo es llamar la atención de quien lea estas entradas para que conozcan la existencia de la obra y quizás, sólo quizás, se interesen en conseguirla para su completa lectura, recordando la máxima que dice que un libro tiene tantas versiones como individuos lo lean.
Así entonces, el presente es sólo un ejercicio, porque queda lejos de pretender ser una interpretación, un ejercicio pues, de desarrollo de ideas que me surgen con determinadas citas de la obra, que tendrán mucho que ver, si no es que todo que ver, con las literales "notas al margen" con las que he ido llenando, de un tiempo a la fecha, los libros que leo...
Al grano pues...

Dice aquí:

"Contemple usted al caballero de la Triste Figura: vanidoso, testarudo, apayasado, ingenuo hasta la ceguera, idealista hasta incurrir en lo grotesco... Lo cuan viene a ser como describirme a mí en pocas palabras. La verdad es que nunca he estado bien de la cabeza. Lo que pasa es que yo no ataco molinos de viento. Hago algo peor: sueño con atacar molinos de viento, estoy deseando atacar molinos de viento y a veces imagino que he atacado molinos de viento. Molinos de viento o molinos de cultura -digámoslo de una vez-, los más deleitables e inasibles de los objetos, trituradoras eróticas, molinitos lascivos de lujuria, factorías carnales de raros goces, fantasilandias de fornicadores frustrados, cuerpo mismo de las beldades. Y, al final, ¿cuál es la diferencia? Una causa perdida es una causa perdida."

Entre los múltiples elementos que componen el dinámico (siempre en movimiento) y caótico equilibrio de la personalidad humana, que se agregan, que se contraponen, que se complementan, que se obstruyen unos con otros, este fragmento me recuerda dos: el pragmatismo y la... ¿ensoñación?... jajaja...
Firmin comete el error, y yo creo que no es que voluntariamente decida cometerlo, sino que lo comete porque así es su... equilibrio... comete, o decide cometer pues el error de soñar más allá de sus posibilidades. Para bien, o para mal, lo reconoce y lo acepta, aunque esto no implica que por ello logre ninguna tranquilidad; mucho menos "su obligación" de "ser feliz".
Muchos dirán, y me dicen, que soñar más allá de las posibilidades no es un error, y salen con sus libritos de superación personal y me "demuestran" que "todo sueño es posible", que "no hay que darse por vencido", que "todo está en tu interior"... De acuerdo. No discutiré eso porque es un hecho que ha sucedido, y seguirá sucediendo, que "sin ser posible", alguien que "soñó" en volar ha logrado que la gente vuele... como las aves en los aviones... o en pedazos como en el Japón... Sólo diré que si bien nunca se sabe, si eres asiduo lector de este tipo de obras de superación, me parece, sin poderlo asegurar repito, que quién ha de asegurarlo eres tú, no debes leer Firmin. Nada más.
Ahora bien. Lo que llama mi atención, lo que me parece fascinante, lo que me despertó este fragmento, es que el ensueño y la practicidad al mismo tiempo se contraponen y se complementan... porque la grandeza de El Quijote es que en soñando no sólo soñaba, sino que llevaba al cabo su sueño (tal cual los genios inventores y descubridores, o quizás más que ellos)... Sin ser, ni estar, ni hacer, ni nada, El Quijote era... estaba... hacía... "Dichosos los locos de remate, porque de ellos, y sólo de ellos, es el único paraíso que existe".
Firmin, en cambio, sólo desarrolla la capacidad de soñar, o quizás sólo sueña sueños imposibles... No es, ni está, ni hace, ni nada... sólo sueña... pero, y he aquí lo fascinante, quizás su misma incapacidad es lo que potencia su capacidad de soñar... su incapacidad de hacer otra cosa, lo orillará, lo obligará a seguir lejos por el único camino posible... la imposibilidad... uuufff...

Saludos... desde el abismo...
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