(De los que se van...)
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Uuufff...
He tenido una semana terrible... desde el primer momento de conciencia el lúnes por la mañana todo fue penar (en el sentido de "desolación", que por cierto sí es muy frecuente en México, casi a la par del de verguenza)...
Correspondió pues, cambiar de horario; es decir, adelantar una hora el reloj... todos los años nos explican los ingentes veneficios de tal medida y todos ellos los maldigo de nuevo por adoptar la costumbre del que la única razón que encuentro es la de adaptarnos a, y no contrariar a mis vecinos del norte...
El lunes la he pasado somnoliento, y hacia las tres de la tarde hasta la cabeza me ha dolido... situación por demás rara... y ha sido lo mismo el martes y poco menos el miercoles... para terminar, miercoles, jueves y viernes hemos tenido trabajo "hasta para regalar"... tanto que apenas hoy, a esta hora, me es posible "echar un ojo" en este espacio... porque en las noches, y por el despreciable cambio cambio de horario, sólo he atinado a llegar a casa y tirarme en la cama para inmediatamente escuchar el despertador de nuevo...
Ayer al medio día fui de comisión al centro de la ciudad... todo fue extraordinariamente rapidísimo hasta que llegué al Hemiciclo a Juárez que había sido tomado por las huestes femeniles y nacionalistas de Andrés Manuel López Obrador... de ahí en adelante todo cambió a paso de tortuga... tuve la inteligencia de armarme de paciencia y me dejé conducir docilmente por las oficiales de policía que intentaban hacer prodigios para contener y conducir la miriada de exaltados automovilistas atrapados en el mitin... apenas saliendo de ahí, ubiqué el estacionamiento de la plaza de Garibaldi y sin pensarlo entré el auto para hacer el resto del recorrido a pie...
Me agrada caminar por el centro histórico de la ciudad... admirar la cantera desmoronandose de los edificios ancestrales... restos de "La Ciudad de los Palacios"... A diferencia de muchos, yo no veo en las grandes y prodigiosas construcciones sino la perenne explotación de muchos por la perenne arrogancia, soberbia petulante de unos pocos... así pues, miro y casi escucho el sufrimiento... tanto más grande cuanto más prodigiosa veo la "obra"...
Ahora las féminas marchaban orgullosas por la calle de Madero rumbo al zócalo de la capital del país gritando consignas contra el gobierno neoliberal y por ello pelele del capital. Único fin de su existencia...
El sol "primaveral" incrementado por la densa nube contaminante que sobrevuela de siempre la ciudad, abrazaba desde arriba y desde abajo reflejado sobre el incandesente pavimento que parecía poseer calor propio...
De regreso, el ejército de mujeres había tomado todas las calles que conducían hacia la Cámara de Senadores como si con esto pudiesen lograr evitar el despojo del petroleo mexicano que de antemano ha sido pactado... Sigue un poco más Felipe... sólo un poco más... que falta ya muy poco para el bicentenario de la Independencia de México, y el Centenario de su Revolución... dicen que "La tercera es la vencida"... ya veremos...
Conforme me acercaba, ya de regreso a la plaza de Garibaldi, comenzó a llegarme el típico pero inusual cantar de los mariachis... inusual no por el lugar que es famoso por sus mariachis, sino por esta hora en que la plaza luce normalmente despejada y tranquila, como en espera de la gran actividad que despliega por las noches...
Pues sí... eran mariachis... tres grupos de ellos que sumarían unos treinta elementos tocando al unísono las melodías más tradicionales del repertorio casi patrimonio nacional...
"Yo sé bien que estoy afuera
pero el día en que yo me muera
sé que tendrás que llorar..."
me acerco a una discreta distancia del evento; entre sorprendido y curioso... admirado y respetuoso... atraído por una como fuerza que me llama, que nos llama a los que vamos pasando y que nos detiene y nos relaja como si por fin hubiesemos llegado a nuestro destino...
"México lindo y querido
si muero lejos de ti
que digan que'stoy dormido
y que me traigan aquí..."
extraño en verdad... otro mundo... bajo esta arcada la sombra es fresca... el viento refrescante me recuerda las tardes del otoño allá en el pueblo de mis abuelos... mi niñez... la plaza nos hipnotiza y sus mariachis nos hipnotizan... todos inhalamos muy hondo... todos escuchamos con la cabeza descubierta... y baja... un templo...
"A dónde ira
veloz y fatigada
la golondrina
que de aquí se va
así en el cielo
te mira angustiada
sin paz ni abrigo
que la vio partir"
Los mariachis terminan... la gente se dispersa... una mujer llora... cierran la carroza funebre y parte el cortejo... seguro que al panteón... los veo alejarse... y con una extraña serenidad voy por mi auto dispuesto a entrar de nuevo en la vorágine de la ciudad...
Saludos...
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... sabiendo esperar un poco
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2 comentarios:
Qué bueno que subiste esta entrada decribiendo un día de primavera para un mexicano nosltálgico. Pintas bien tu día, tu entorno, la estación, todo.
Gracias.
verdaderamente una muy descripcion de Mexico.
Me gustaria poder describir mi ciudad asi ........pero Bs As no es tan Dulce... es triste y mas aun en otoño
SIGO LEYENDOTE
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